Las Kasbahs son conjuntos arquitectónicos construidos de adobe y barro, coronados por torres que sirven de defensa, son construcciones similares a los castillos medievales. Estas kasbahs fueron antiguamente grandes pueblos bereberes amurallados diseñados con el objetivo de defender, las casas, las cosechas y los palmerales que crecen junto a sus cauces. Estos pueblos formaban grandes comunidades agrarias y mercantiles con una visión muy particular sobre el Islam.
Ait Ben Haddou es una de las Kasbahs mejor conservadas de todo Marruecos, es todo un ejemplo sobresaliente de construcción de las Kasbahs que pueden encontrarse en la zona del valles del Dra, Todgha, Dades y Sous. En Ait Ben Haddou puede apreciarse como las construcciones están realizadas en una posición estratégica frente a una montaña, rodeada por torres angulares y una muralla defensiva. No se sabe con determinación la fecha de la que data Ait Ben Haddou. Convencidos de su importancia las autoridades han protegido este lugar desde el año 1953.
Esta Kasbah está declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, eso sin contar su gran demanda y reconocimiento en el campo cinematográfico para la realización de grandes películas como Lawrence de Arabia o Gladiator, iniciativa ampliamente aceptada por sus lugareños debido al importante extra que supone para la economía del pueblo y sus alrededores.
Esta impresionante construcción realizada en adobe sigue habitada por unas pocas familias. Está coronada por un risco de unos cien metros de altura, en el que hay restos de una antigua edificación y desde donde se divisa un magnífico paisaje, lugar ideal para realizar algunas fotografías del entorno. Algunas de las fotos más típicas de Ait benhaddou se han tomado desde este risco.
Sus torres almenadas están decoradas con arcos ciegos y diseños geométricos que crean un efecto de luces y sombras. El perfil de las construcciones, el entorno impresionante y la gentileza de sus gentes han visto pasar varios equipos de filmación a lo largo de muchas décadas.
Durante los días cálidos de verano es complicado ver a gente pasear por sus calles, que parecen perderse entre las sombras de las laberínticas callejuelas y pasadizos subterráneos. Sin embargo, en el actual pueblo por el que pasa la carretera –muy cercano a la Kasbah-, hay unas tiendas preparadas para el turismo con ofertas de fósiles y minerales, desde cristales puros con mezclas de minerales distintos hasta una cantidad increíble de fósiles que deberían cuidarse como joyas arqueológicas, pero el estado aun no cuenta con el presupuesto necesario para protegerlas, y parece que nadie aún ha tomado cartas en el asunto. En el pueblo también podrás encontrar artesanías marroquíes de todo tipo: vasijas de barro, herramientas de hierro, cintos de cuero, lana, vidrio artesanal y unos cuantos pequeños tesoros más, que podrás encontrar estando allí.
Aunque el paisaje es árido y rocoso, el agua no escasea. La tierra es de de poca vegetación, aunque abunda la palmera datilera, la higuera, el naranjo y limonero, entre otros árboles frutales como el almendro o el manzano. En una visión amplia del paisaje podemos ver diferentes tonalidades de rojo, según la hora del día, con sus numerosas torres fortificadas que parecen adosadas a la montaña. Como hemos dicho antes si se puede, es muy aconsejable hacer una visita al torreón de la antigua kasbah, donde encontrarás maravillosas vistas panorámicas de la región con el Alto Atlas como telón de fondo. Un espectáculo único e imperdible, que te llenará de la esencia atemporal de esta tierra indómita y del modo de vida arcaico y tenaz de su gente.
La villa se instaló en la cima de una colina para evitar los vientos glaciares de las montañas y aprovechar mejor la luz del sol. Además, de esta manera estaban cerca de las rutas nómadas, tenían agua y podían defenderse de los potenciales enemigos.
Los muros exteriores cuentan con dos puertas para controlar las entradas y las salidas. La organización interna de la Kasbah se dividió en dos partes diferenciadas: La pública y la privada. Esta organización le confiere a la Kasbah una estructura particular. En los espacios públicos uno puede encontrar la plaza pública, la mezquita y la escuela coránica. La parte privada es un conglomerado de casas en las que se puede ver claramente la diferencia entre las casas normales del pueblo, construidas con una sola planta y sin apenas ninguna decoración y las de las familias nobles, ricamente decoradas.
Merece la pena visitar la Kasbah de Ait Benhaddou con detenimiento, entrar en sus casas, ver su forma de vida y sus curiosidades constructivas y decorativas. Uno de los detalles curiosos de su construcción y decoración son las cerraduras de las viejas casas de la Kasbah. Están hechas de madera con un sistema muy curioso, ¡no os las perdáis!